El Tajín, Veracruz

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Esta zona arqueológica surgió alrededor del año 300 d.c., como un importante centro administrativo y religioso de la región del Golfo de México. Si bien fue contemporáneo del gran asentamiento de Teotihuacan, su mayor esplendor parece haber tenido lugar en la época en que ese sitio declinó. El Tajín permaneció como un sitio importante hasta ser abandonado alrededor del año 1100 d.C. En los 800 años que duró su florecimiento, sus habitantes construyeron cientos de edificios como templos, palacios, juegos de pelota, grandes muros de contención, terrazas defensivas e incontables áreas habitacionales.

Localizada en un ambiente tropical, es particularmente famosa por su peculiar arquitectura, su bella e impresionante escultura y sus numerosos juegos de pelota. Aunque en la actualidad la región es habitada por grupos totonacos, algunos autores piensan que los constructores del sitio eran de filiación huasteca. Del monumental conjunto de vestigios arqueológicos que alberga, cerca del 90% permanecen sin explorar, y el visitante que arriba al sitio contempla, además de los edificios excavados y restaurados, una infinidad de montículos cubiertos por la tupida vegetación.

En el Tajín se desarrolló un estilo arquitectónico particular, destaca un rasgo en especial, manifestado en varias construcciones por nichos, que simulan ventanas dispuestos sobre los tableros de estructuras. Estos edificios se encontraban además decorados con pinturas de color rojo, negro y azul, y algunos presentaban murales, como los que se descubrieron en el Edificio I.

En el núcleo del sitio se levanta su monumento más conocido: La Pirámide de los Nichos; aunque no es muy grande, es una construcción bastante singular ya que los cuerpos que la componen están completamente decorados por nichos. La función de éstos aún no se conoce con certeza; sin embargo, por su número (365 en total) es posible que tuvieran significado calendárico o que simbolizaran cuevas reverenciadas como moradas del dios de la Tierra. También se ha sugerido que el templo se encontraba dedicado a los dioses del Viento y la Lluvia, los que constituían el eje de la vida religiosa de El Tajín.

La gran cantidad de canchas para el juego de pelota que existen en este lugar indica la enorme importancia que para sus habitantes poseía ese juego ritual. Los muros verticales del juego de pelota principal están cubiertos con magníficos relieves, en los que, entre otros eventos, se representa el sacrificio de uno de los jugadores.

Vista panorámica.